La nutriterapia se populariza hace unos 40 años en los EE.UU., como complemento de la medicina convencional en la prevención de las enfermedades crónicas, como disciplina que permitiría retrasar los efectos del envejecimiento, y optimizar vitalidad y la salud en general.

La base de la nutriterapia reside en un cambio profundo e individualizado de los hábitos alimenticios. Promueve la ingesta de alimentos no procesados, optimiza la cantidad de macro y micro nutrientes adaptándolos a cada caso particular y, finalmente, aconseja la prescripción de suplementos en ciertos casos.

Una corrección de nuestra dieta basada en el consumo de alimentos no procesados es, a menudo, todo lo que se necesita para tratar el sobrepeso o incluso una obesidad (si somos lo suficientemente perseverantes). En algunos casos, un cambio en nuestra forma de alimentarnos es un complemento eficaz al tratamiento farmacológico de la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, las enfermedades inflamatorias y autoimmunes o de ciertos tipos de cáncer.

Una dieta adecuada mejora a menudo trastornos psicológicos como la ansiedad, la depresión o agotamiento. El trabajo de médicos como Robert Lustig, Nathasha Campbel, Catherine Kousmine, Johanna Budwig o los libros de los periodistas estadounidenses de investigación Gary Taubes o Michael Polland nos confirman la poder de los alimentos no procesados.

Por último, no es sólo en medicina en donde vemos los beneficios de las terapias nutricionales. Dentistas como Weston Price también observaron en su día una relación entre las caries y la ingesta frecuente de alimentos procesados.

Para concluir, una dieta saludable no es un escudo protector contra la enfermedad. Sin embargo, los medicamentos rara vez logran curar las enfermedades como las enfermedades cardiovasculares, el síndrome metabólico, la enfermedad de Alzheimer, el Parkinson o la mayoría de los cánceres, por nombrar algunos. La lucha contra estas enfermedades es un reto importante en salud pública y está en parte en nuestras manos. El control de nuestro peso, el ejercicio moderado y la ingesta de una dieta equilibrada (basada en alimentos naturales sin procesar) son algunas de las recomendaciones eficaces que oímos con frecuencia.

Es urgente que aprendamos a cuidar de nuestra salud - por nuestro propio bienestar y el de los demás.

Maria Sol Rodriguez Pena, MD, PhD. Médico generalista. Especialista en Analisis Clínicos. Nutriterapeuta.
Marc D. de Smet, MD, CM, PhD, FMH. Cirujano oftalmólogo